El Día de los Muertos, es una festividad arraigada en tradiciones prehispánicas e indígenas contemporáneas y muy influenciada por el catolicismo romano, se celebra en todo México, en partes de América Latina y en toda la diáspora mexicana en los USA. Los espíritus de los muertos son bienvenidos por un corto período de tiempo y son venerados a través de música, bailes, reuniones con familiares y amigos y ofrendas (ofrendas hechas en altares caseros). Green-Wood comisionó a la artista Cinthya Santos-Briones, radicada en Brooklyn, para crear este altar comunitario en reconocimiento a dicha festividad. Se anima a los visitantes a rendir homenaje a sus seres queridos difuntos, encendiendo velas y dejando ofrendas personales, incluidas flores, fotografías, comida y notas.

En Mictlán, Santos-Briones se inspira en gran medida en las tradiciones indígenas mexicanas. El título de la instalación hace referencia al inframundo de la mitología azteca, uno de los cuatro lugares donde las almas de los difuntos pasarían la eternidad en función de la causa de su muerte. El altar comunitario está diseñado como una pirámide, inspirado en el centro ceremonial de Huapalcalco, ciudad precolombina habitada por los toltecas. Aunque es uno de los sitios más antiguos de América, su estilo arquitectónico se perdió, junto con las costumbres y tradiciones asociadas, en el siglo XVI, cuando los europeos colonizaron la región y forzaron la conversión al cristianismo.

La pieza central al frente de la Capilla presenta calaveras, símbolos predominantes en las celebraciones del Día de los Muertos, confeccionadas con telas de colores brillantes con elaborados diseños florales. Procedentes de los mercados de Tulancingo, la ciudad natal del artista, estas telas se utilizan en carnavales y para decorar cocinas en todo México. La disposición de los cráneos en filas limpias y ordenadas pretende imitar las que se encuentran en los tzompantli, altares públicos construidos por los mayas y aztecas a partir de los restos de guerreros cautivos o prisioneros sacrificados a Huitzilopochtli (el dios azteca del sol y la guerra). Alrededor de la Capilla hay versiones en tela de papel picado, adornadas con adaptaciones de las ilustraciones del litógrafo José Guadalupe Posadas, como “La Calavera Catrina”, un esqueleto que lleva un sombrero cómicamente de gran tamaño con flores y plumas. Los lienzos bordados representan a la Santa Muerte, una figura de culto popular y, como explica el artista, “uno de los santos patrones más venerados en el espacio transnacional para los migrantes”. Con la excepción de su cara de calavera, la Santa Muerte se parece a la Virgen María, con un velo largo y fluido, una corona celestial y un halo, lo que demuestra la intersección única de la imaginería católica y el culto popular en el México actual.

Santos-Briones es una artista visual, antropóloga, educadora y organizadora cultural con raíces indígenas nahuas radicada en Nueva York. Como artista, su trabajo se centra en una práctica social multidisciplinaria que combina el arte participativo y la construcción de narrativas colectivas. Su fotografía ha sido publicada en The New York Times, Vogue y The New Yorker, entre otros. Mictlán será su primera instalación a gran escala. Para obtener más información sobre su trabajo y proyectos actuales, visite su sitio web.